La Psoriasis, una enfermedad de la piel no muy bien comprendida, la cual relacionan con una anomalía en el sistema inmunitario humano que viene reflejado principalmente en las células T. Estas células de nuestro sistema defensivo en un determinado momento atacan por error a nuestro organismo, provocando una hiperactividad, la cual desencadena una mayor producción de células sanas que viene asociada a una inflamación dérmica y como consiguiente una hiperplasia epidérmica. Suele afectar a un 1-2% de la población mundial con una edad de aparición sobre los 30 años (se constatan algunos casos precoces) y posee un componente hereditario de tipo genético, el cual se muestra más prevalente en gemelos; se conocen hasta 9 locus genéticos en el cromosoma VI para PSORS, sin embargo esta puede desaparecer en determinados casos de transplantes y tratamientos con inmunosupresores.
Sus mecanismos desencadenantes son múltiples:
Infecciones, como la faringitis estreptocócica o infecciones de la piel
Lesión en la piel, como un corte o rasguño, una picadura de insecto o una quemadura grave.
Estrés
De fumar
Consumo excesivo de alcohol
deficiencia de vitamina D
Ciertos medicamentos, incluido el litio, que se prescribe para el trastorno bipolar, medicamentos para la presión arterial alta, como bloqueadores beta, medicamentos contra la malaria y yoduros.
Los factores de riesgo vienen relacionados en gran medida con lo expuesto anteriormente.
Sus características clínicas:
Se caracteriza principalmente en la zona que afecta a piel y uñas, las cuales presentan por orden las siguiente manifestaciones.
- Buena delimitación de las lesiones con cubiertas de una escama plateada con una placa
eritematosa homogénea.
- Signo de Auspitz (descamación seguida de aparición de pequeños puntos rojos de sangre).
- Fenómeno de Koebner (asociado a todo o nada y cesión del mismo con la presión).
En función a lo expuesto tenemos:
Psoriasis en placa. La forma más común, la psoriasis en placa, causa lesiones cutáneas (placas) secas, elevadas y rojas cubiertas de escamas plateadas. Las placas pueden causar picazón o dolor y puede haber pocas o muchas. Pueden ocurrir en cualquier parte de su cuerpo, incluidos sus genitales y el tejido blando dentro de su boca.
Psoriasis en las uñas. La psoriasis puede afectar las uñas de las manos y uñas de los pies, causando picaduras, crecimiento anormal de las uñas y decoloración. Las uñas psoriásicas pueden separarse del lecho ungueal (onicolisis). Los casos severos pueden hacer que la uña se desmorone.
Psoriasis guttata. Este tipo afecta principalmente a adultos jóvenes y niños. Generalmente se desencadena por una infección bacteriana como la faringitis estreptocócica. Está marcado por pequeñas lesiones en forma de gotas de agua en su tronco, brazos, piernas y cuero cabelludo. Las lesiones están cubiertas por una escala fina y no son tan gruesas como lo son las placas típicas. Es posible que tenga un solo brote que desaparezca por sí solo o que tenga episodios repetidos.
Psoriasis inversa. Esto afecta principalmente a la piel de las axilas, en la ingle, debajo de los senos y alrededor de los genitales. La psoriasis inversa causa manchas suaves de piel roja e inflamada que empeoran con la fricción y la sudoración. Las infecciones por hongos pueden desencadenar este tipo de psoriasis.
Psoriasis pustulosa. Esta forma poco común de psoriasis puede ocurrir en parches generalizados (psoriasis pustulosa generalizada) o en áreas más pequeñas en sus manos, pies o yemas de los dedos. Generalmente se desarrolla rápidamente, con ampollas llenas de pus que aparecen solo unas horas después de que su piel se ponga roja y sensible. Las ampollas pueden ir y venir con frecuencia. La psoriasis pustulosa generalizada también puede causar fiebre, escalofríos, picazón severa y diarrea.
Psoriasis eritrodérmica. El tipo menos común de psoriasis, la psoriasis eritrodérmica, puede cubrir todo su cuerpo con una erupción roja y exfoliante que puede causar picazón o quemaduras intensas.
Psoriasis de las mucosas. Es muy infrecuente y suele presentar afectación de la mucosa del glande en forma de placas eritematosas y bien delimitadas sin la presencia de escamas, también viene asociada con afecciones en el dorso de la lengua. En pacientes VIH, suelen aparecer exarcerbaciones frecuentes con marcada hiperqueratosis, con diversas maneras de presentación y comienzo brusco.
Artritis psoriásica. Además de la piel inflamada y escamosa, la artritis psoriásica causa articulaciones inflamadas y dolorosas típicas de la artritis. A veces, los síntomas articulares son la primera o única manifestación de la psoriasis o, a veces, solo se observan cambios en las uñas. Los síntomas varían de leves a severos, y la artritis psoriásica puede afectar cualquier articulación. Aunque la enfermedad generalmente no es tan paralizante como otras formas de artritis, puede causar rigidez y daño articular progresivo que en los casos más graves puede llevar a una deformidad permanente.
Dermopatología:
Esta se produce en 3 niveles principalmente: Hiperplasia epidérmica, cambios vasculares e infiltración inflamatoria, Los fenotipos asociados suelen ser CD3+ y CD4+, CD3+ y CD8+, con exocitosis y neutrofilia por acúmulo de PMN en forma de pústulas espongiformes de Kogoj, las cuales en su desplazamientos a traves del estrato a la capa córnea de denominan microabcesos de Munro.
Tratamiento de la PSORIASIS:
Tópico Fototerapia Sistémicos
Emolientes: parafina UVB de banda estrecha Metotrexato
Queratolíticos: Acido salicílico UVB Retinoides: Acitretín
Corticoides PUVA Ciclosporina
Derivados de la vitamina D: Tópico y sistémico Biológicos: etarnecept, (Calcipotriol, Tacacitol) Infliximab, Adalimumab
Retinoides
Tazaroteno
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